martes, 11 de noviembre de 2008

Bajo un puente de soles eclipsados













Entre los tímidos dedos,
manchados con tinta de silencios,
se me escurrió octubre hasta la palidez del folio
depositando su fatiga de hojas muertas
por los surcos de ceniza que amanecen mi vigilia

Se resiste noviembre a salir de su escondite
y yo sigo esperando el mosto afrutado de su estirpe,
por los mares sin respuestas de mis sueños,
para ver si esta muerte es tan sólo un espejismo
de la constelación de púlsares que duermen
bajo un puente de soles eclipsados

© Antonio Urdiales Camacho ® Oct 2008

8 comentarios:

Zarela Pacheco Abarca dijo...

El folio de octubre 081323...te dejó los dedos manchados con tinta de silencio...espero que el folio de noviembre sea: 010203040506070809101112131415161718192021222324252627282930...y quedes empapado de tinta...hermoso escrito, cariños de Zarela tu vecina de blog

TrasTera dijo...

Una pluma elegante Antonio, manejo del lenguaje, hermosas imágenes. Un poema redondo para noviembre, con las hojas amarillas cubriendo nostalgias y soledades.

Un abrazo!

Antonio Urdiales dijo...

Zarela, mi querdia amiga,como siempre, agradezco el comentario y te dejo mi abrazo.

Antonio

Anónimo dijo...

Elisa, gracias por el seguimiento de mi blog y esa atenta lectura que haces siempre de mis poemas. Nos leemos.

Un abrazo.

Antonio

Ana Muela Sopeña dijo...

Fabuloso poema, Antonio.

Me gusta mucho cómo escribes. Tienes una grandísima calidad poética.

Con admiración
Un abrazo grande
Ana

Marian Raméntol dijo...

Te consideran, los que te quieren, poeta, y no es para menos, yo desde una esquinita, lo proclamo en voz bien alta.

Encontrarte ha sido un regalo.

Un abrazo
Marian

Antonio Urdiales dijo...

Ana,

Muchas gracias, mi querida amiga, por pasar y dejarme esas palabras tan amables. La admiración, no lo dudes, es mutua.

Un abrazo.

Antonio

Antonio Urdiales dijo...

Marian,

El regalo, no lo dudes, son esas palabras que tan amablemente has dejado cosidas a mis versos.

Un abrazo.

A VECES

    A veces, sólo a veces, entre los brazos nerviosos de la espera, mientras surfeo soledades por las áridas dunas de mis pesadillas...