
¿Quién,
¿Quién,
¿Quién,
¿Quién,
¿Quién, en fin, no se soñó poeta en algún momento?
derrumban
agotados
los cimientos
que sostuvieron castillos en el aireDecidme dónde,
dónde la palabra,
dónde…
dónde...
Entre la tarde y la aurora,
amparado en el silencio,
en un recodo del lecho
o en una arruga del alma,
se me ha perdido tu sueño.
O en el canto del riachuelo
que salta de roca en roca
y baña mis sentimientos
para lavarles la cara,
se perdió tal vez tu sueño.
Acaso cayó entre el polvo
el que envuelve a los recuerdos
o en el rocío evaporado
voló cabalgando al viento
y fue en busca otro sueño.
O pudo ver reflejadas,
en el espejo del tiempo,
las nieves de su silencio,
y en busca de primaveras,
es que se marchó tu sueño
Quizá el velo de su cuerpo
anhelaba otras caricias
para encender nuevos fuegos
donde consumir sus ansias
y renacer nuevo sueño.
Tal vez se hallara cansado
de ser sólo un dulce sueño,
y aunque quisiera encontrarlo
y decirle que lo siento,
no puedo, no tengo sueño.
© Antonio Urdiales ~ ® Enero 1999
A veces, sólo a veces, entre los brazos nerviosos de la espera, mientras surfeo soledades por las áridas dunas de mis pesadillas...