miércoles, 1 de junio de 2022



Yo le debía quedar tan lejos

 

Una luz de atardecer de otoño

se acunaba embrujada en sus pupilas

pero me quedaba tan lejos…

En madrugadas de aquelarre iluminado

revivo mi voz como una caricia

que entre las brumas silentes del ensueño

fluía primaveras a través del camino de los dedos

hasta el eco de un teclado harto ruidoso

para recitarle la noche entre sonrisas

mientras ella bordaba promesas de encuentros

que en barcos cargados de sueños

surcaban valientes el océano,

pero nos quedábamos tan lejos…


Luego los cuervos del tiempo

le fueron descontando lunas al futuro

y deshojándole sueños al pasado,

mientras que las semillas del tedio

fueron floreciendo entre tímidas lluvias de estrellas,

que amplificaban el eco triste de las sombras,

hasta acabar sucumbiendo entre el polvo del olvido,

que disolvió sin remedio, en la distancia,

el aroma virtual de sus “te quiero”.


Tal vez me amara, sí,

pero yo le debía quedar tan lejos…


© ~ Antonio  Urdiales – 28-08-2013

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